Nuestra historia
Casa de puertas abiertas
La posada
Este inmueble tiene unos cuantos años de vida en este pueblo, pero no se ha encontrado un registro donde figure con exactitud la fecha del inicio de su construcción. Por lo tanto lo que diremos de ella son aportes de lugareños y sus recuerdos.
Cuentan que un grupo de habitantes de San Justo y colonos de los alrededores se juntaron, allá por la década del 10 y 20 del siglo pasado, unidos por la inquietud de traer para el bienestar de los suyos, profesionales de la salud. Así es como un señor de apellido Casanova dona una parcela de terreno frente a la plaza para que el grupo antes mencionado erigiera la casa con dinero de donativos. La información que ha llegado a nuestros días dice que el primer médico que la habitó fue Ciro Carlos Fornasini de quien se sabe que contrajo matrimonio en 1926 y habitó la casa 8 años antes y 8 años después del casamiento. De ese matrimonio nació una niña llamada Julieta.
Luego siguieron habitándola otros profesionales, hubo dentistas y para finales de los 60 funcionaba la farmacia del pueblo de la familia Duarte. Pasaron muchos años desde la construcción y los descendientes del donante del terrero la vendieron. El nuevo propietario la habitó hasta su desaparición, luego sus herederos la alquilaron, hasta quedar en abandono total.
Así es que ruinas de ella quedaron y reapareció como el ave feníx de las cenizas para cobijar a todo forastero que quiera conocer las bondades de estas tierras y sus habitantes.